A medida que el rendimiento de las CPU y las GPU sigue aumentando, el calor que generan éstas sigue creciendo. Hasta ahora se ha utilizado el enfriamiento por aire a través de ventiladores, aunque su resultado depende de la temperatura del aire de entrada y la cantidad que pasa sobre los chips calientes. Para mantener las CPUs en una temperatura adecuada para su correcto funcionamiento, tanto la temperatura de entrada como la capacidad de los ventiladores para mover el aire son elementos críticos para mantener un servidor operativo a las velocidades de reloj deseadas.
Además, hay que sumar que la refrigeración por aire requiere un alto consumo de energía proviniente de aires acondicionados en salas de ordenadores y ventiladores de servidor funcionando constantemente. Y justo para reducir los gastos operativos, la refrigeración líquida es una alternativa viable y con proyección a largo futuro, ya que las CPUs y GPUs generan más calor con cada nueva generación.