La configuración de memoria de servidor se ha convertido en una cuestión compleja. Si no se ejecuta correctamente en un primer momento, la configuración podría provocar numerosos problemas, como son la instalación del número incorrecto de módulos, una configuración no escalable, los gastos operativos de energía relacionados con la memoria en un periodo de cinco años son superiores a los gastos de capital, el servidor no se comporta como debería, etc.
Escalabilidad de memoria
La escalabilidad de memoria se consigue cuando la configuración de memoria del servidor es capaz de resistir el paso del tiempo.
Esto es importante debido a que las necesidades organizativas de la empresa cambian con el paso del tiempo. Si la configuración es escalable, dispondrá de ranuras de memoria libres para añadir más capacidad de memoria y permitir la expansión del negocio. Sin embargo, si se utilizan todas las ranuras de memoria al configurar inicialmente la memoria, tendrá que comprar un nuevo servidor o retirar la memoria original antes de instalar nuevos módulos de memoria; estos gastos de capital podrían no estar presupuestados.
Además, una buena escalabilidad en la memoria tiene un efecto directo sobre el retorno de la inversión. Ésta afecta a los servidores de diversas formas, y puede permitirle ampliar sus actividades empresariales, consolidar su hardware o mejorar tanto la eficiencia energética como el rendimiento del servidor.
Éstos últimos, los costes de la eficiencia energética son cada vez más relevantes. El consumo eléctrico que debe hacerse frente durante un periodo de tiempo determinado puede llegar a ser superior a los gastos en capital que supondría el desembolso inicial para comprar la memoria.
